Soy Soraya Escalona, nací en Punta Arenas, la ciudad más austral del mundo. Soy la menor de 3 hermanos con padres conservadores y estructurados en cuanto a la crianza y el orden de las etapas en que tenía que vivir mi vida. Desde pequeña fui extrovertida, alegre, humorista y curiosa de explorar mis talentos.

Cuando cumplí 8 años hubo un quiebre en mi familia donde presencie experiencias de violencia y separación. Viví lejos de mi madre y hermana mayor por unos meses, esto creo heridas de abandono que marcaron mi pre adolescencia y posteriormente experiencias de bullying en mi etapa escolar. Me convertí en una joven introvertida con miedo a expresarme y toda mi alegría se comenzó apagar y aparecieron las inseguridades y críticas internas.

En mi adolescencia tuve una relación amorosa que termino en violencia en el pololeo, enfrentamientos y vergüenzas que me costó mucho tiempo y años de terapia para liberar.

De pequeña mis padres siempre me inculcaron que tenía que ser profesional para ser alguien en la vida. Por lo que mis esfuerzos se volcaron en ser buena alumna y sacar buenas calificaciones, fue así como obtuve el primer lugar por notas al salir de la enseñanza media, luego gane una beca que me llevo a estudiar Ingeniería de forma totalmente gratuita. Fue el orgullo para mi Padre y para mi la recompensa a tanto esfuerzo. Me convertí en una mujer profesional y conseguí y buen trabajo. A mis 25 años me di cuenta que “todo lo que debía ser” no me hacía feliz. Tenía un buen trabajo, ganaba bien, pero sentía que eso no era todo, mi realidad no me gustaba. Sumado a amores fallidos, peleas familiares, amistades rotas, no me sentía bien con mi cuerpo y una larga lista de etcéteras, que imagino, sabrás de lo que hablo.

Un día, tras una crisis laboral, después de llorar y patalear, pedí con todas mis fuerzas al universo, que me enviara una señal por dónde iniciar el cambio en mi vida. Navegando por internet encontré a Louise Hay y a Wayne Dyer.

Comencé un duro trabajo de autoconocimiento, aprendí a meditar e hice cotidianas las afirmaciones. En un año, todo había dado un giro: trabajaba la mitad del tiempo y ganaba el doble de sueldo, pero al poco tiempo sucedió lo inesperado, me despidieron del trabajo. Me asusté y sentí pánico.
Sin embargo, todo el trabajo interno estaba dando sus frutos. No me paralicé, lo que hice fue tomar una hoja y comencé a escribir todo lo que deseaba hacer durante el siguiente año, que elegí tomarlo sabático.
Y vaya que fue toda una aventura.
Tuvieron que pasar una serie de sucesos hasta que elegí dedicarme por completo a mi misión que, a estas alturas, ya todos los sistemas me lo habían corroborado.
Motivar a las mujeres, que como yo un día, se sienten perdidas, anuladas, bloqueadas y lo peor frustradas. Hoy sé cómo ayudarte a ser esa persona que deseas SER, viviendo una vida conectada con tu presente y viviendo tus sueños.